Han sido tres de las últimas cuatro editoriales de este boletín las dedicadas al proceso de desinstitucionalización; algo nada frecuente, pues estas líneas tratan de relatar y analizar la más actual realidad social, siempre alineada con la actividad del tercer sector al que pertenece Fundación PRODE. Esta circunstancia evidencia la importancia y tangibilidad del proceso de desinstitucionalización en nuestro país, proceso que hasta hace muy pocos años se percibía como una auténtica utopía social.

El escritor Eduardo Galeano afirmaba en una conocida cita que «la utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar».

A la luz de los avances sociales de los últimos años podemos percibir que la desinstitucionalización ya no está en el horizonte y, aunque ciertamente quedan aún muchos e importantes pasos que dar, cada vez parece más cerca.

Hace tan solo tres meses, poníamos énfasis en la desinstitucionalización haciendo una analogía entre la complejidad de la propia palabra y la complejidad de su aplicación efectiva. Y lo hacíamos al hilo de la entrega del premio “Avanzando junt@s”, otorgado a la autora de un estudio sobre los beneficios del proceso en la vida de personas con grandes necesidades de apoyo, quedando patente la importancia de la investigación y la innovación en la vida de las personas con discapacidad.

El pasado mes incidíamos en el mismo paradigma tras la publicación de la “Estrategia estatal para un nuevo modelo de cuidados en la comunidad: un proceso de desinstitucionalización”, y tomábamos conciencia de la importancia del desarrollo de políticas reales y efectivas en este sentido, asumiendo las grandes dificultades y retos que el propio proceso conlleva y conociendo experiencias e iniciativas sociales que nos acercan inequívocamente a la plena inclusión social de las personas con discapacidad.

Este mes no queremos dejar pasar la oportunidad de volver a incidir en este proceso con motivo de la reciente concesión a Fundación PRODE de una ayuda pública para la completa remodelación de la Residencia para personas con grandes necesidades de apoyo de Pozoblanco, con el fin de adaptarla a un modelo de apoyo más centrado en la persona como paso previo hacia modelos plenamente incluidos en la comunidad.

Hace ahora justo dos años, se publicaba una resolución de la Secretaría de Estado de Derechos Sociales, por la que se daba a conocer el Acuerdo del Consejo Territorial de Servicios Sociales y del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia, sobre criterios comunes de acreditación y calidad de los centros y servicios del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia. La lectura de esta resolución es música para muchos oídos, pues si bien no hace referencia expresa a estrategias de desinstitucionalización, sí que marca la dirección y criterios muy claros como pasos previos para redirigir el modelo actual. Los principios rectores de este nuevo modelo de atención son dignidad y respeto; personalización y atención centrada en la persona; participación, control y elecciones; derecho a la salud y al bienestar personal; y proximidad y conexiones comunitarias; principios plenamente alineados con los marcados en el proceso de desinstitucionalización. La resolución establece un marco normativo claro y coherente para una mejora continua del sector enfocado en la atención centrada en la persona, introduciendo en el Boletín Oficial del Estado conceptos nuevos como plan personal de atención y apoyos al proyecto de vida, profesional de referencia, órganos de participación, habitaciones de uso individual o unidades de convivencia, términos clave, cercanos, factibles, en la transición  desde modelos de atención centrados en los servicios hacia modelos ligados a la desinstitucionalización.

No cabe duda de que el tercer sector ha tomado las riendas de este cambio en el enfoque de la prestación de apoyos a las personas, llevando a la práctica y liderando proyectos concretos, como el que encabeza esta publicación, que impactan en la vida de muchas personas aun con las dificultades inherentes a cambios sociales de esta envergadura, ligados sobre todo a la rigidez normativa y disponibilidad de recursos económicos.

Innovación e investigación, dormitorios individuales, estrategias y políticas públicas, colaboración público privada, unidades de convivencia, iniciativa y apuesta decidida de organizaciones del tercer sector…: pasos. Pasos, como decía Galeano, que nos acercan a lo que hasta ayer era una utopía.

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