¿Qué opinión tienes sobre la nueva Ley Orgánica de representación paritaria y presencia equilibrada de mujeres y hombres? 

Creo que esta Ley representa un avance significativo en la igualdad de género, aunque también suscita importantes interrogantes.

No se puede negar que la Ley responde a una necesidad imperiosa de corregir la infrarrepresentación de las mujeres en las esferas de poder. En muchos sectores, la presencia femenina ha sido históricamente marginal, y esta Ley busca romper con esa tendencia. La inclusión obligatoria de mujeres en altos cargos no solo es un reconocimiento a nuestra capacidad y competencia, sino que también contribuye a enriquecer la toma de decisiones con perspectivas diversas, lo cual es beneficioso para cualquier organización.

Además, esta legislación envía un mensaje claro a la sociedad: la igualdad de género no es solo un ideal, sino un objetivo tangible y urgente que requiere acciones concretas. Estamos dando un paso en la dirección correcta, pero no es suficiente.

¿Piensas que la Ley Orgánica de representación paritaria y presencia equilibrada de mujeres y hombres puede suponer algún riesgo? 

Uno de los riesgos más evidentes es que la paridad exigida por ley podría ser percibida como una medida artificial, lo que podría generar resistencias tanto entre hombres como entre mujeres. Esta Ley podría estigmatizar a las mujeres, que podamos ser vistas como beneficiarias de una “cuota” en lugar de ser un reconocimiento por nuestro mérito.

Y sin lugar a duda, esto es algo a tener muy en cuenta. Es crucial que la implementación de la Ley venga acompañada de una estrategia integral que promueva un cambio cultural profundo. No basta con poner a más mujeres en posiciones de poder; es necesario que esas mujeres sean valoradas y respetadas por sus competencias y no como una simple respuesta a un mandato legal.

Además, es necesario que la Ley sea acompañada de un seguimiento riguroso. Sin mecanismos de control y sanciones efectivas, existe el riesgo de que la paridad quede en papel mojado, con empresas y partidos políticos buscando maneras de sortear la normativa sin alterar verdaderamente sus estructuras.

¿Cómo aborda Fundación PRODE la igualdad de género y qué acciones se han implementado para fomentar un entorno laboral equitativo e inclusivo? 

En nuestra Organización, la igualdad de género es una prioridad que hemos abordado con seriedad y compromiso a lo largo del tiempo. Nos enorgullece no solo cumplir con la Ley, que establece que ningún sexo puede superar el 60% ni ser inferior al 40% de la representación en los órganos de decisión, y que da un plazo de cinco años para su cumplimiento, sino que ya llevamos años aplicándola en el Patronato de Fundación PRODE.

Sin embargo, nuestro objetivo va más allá del mero cumplimiento legal. No nos limitamos a la teoría; hemos implementado numerosas acciones que son monitoreadas de cerca por el Comité de asesoramiento en igualdad. Creemos firmemente en la importancia de fomentar una cultura corporativa que valore y respete la igualdad de género en todos los niveles de la empresa.

Para alcanzar este objetivo, el Comité de asesoramiento en igualdad ofrece formación continua a todo el personal sobre igualdad de género y cómo evitar sesgos inconscientes. Nos aseguramos de que nuestros procesos de selección sean equitativos y revisamos regularmente las políticas de contratación, promoción y desarrollo profesional para garantizar que no favorezcan a ningún género.

Además, analizamos la composición de género en cada nivel de la empresa para identificar áreas o departamentos donde existe una mayor disparidad de género y tomar medidas correctivas. Reconocemos que la conciliación de la vida laboral y familiar es fundamental para lograr la igualdad de género. Por ello, ofrecemos horarios flexibles, opciones de trabajo remoto cuando sea posible y políticas de licencia parental que apoyan tanto a hombres como a mujeres en el equilibrio de sus responsabilidades laborales y familiares.

Estas prácticas no solo nos ayudan a cumplir con la Ley, sino que también contribuyen a crear un entorno laboral más justo, inclusivo y productivo.