Usuario de la Residencia de apoyos especiales de Fundación PRODE
Muy buenas! Soy José Antonio López Bravo, aunque la gente me conoce como “el Noriego”.
Os cuento un poco sobre mi vida y mis vivencias por aquí, por PRODE. Nací en Añora hace casi 59 años, por eso me llaman “Noriego”, aunque dejé el pueblo cuando era bastante pequeño, ni siquiera andaba. Nos fuimos a vivir a un cortijo varios años, en la jara, donde mi padre era pastor. De allí tengo muy buenos recuerdos con mis padres Diego y Ana, y mis dos hermanos, Ana y Bartolomé (yo soy el mediano).
Mi familia es para mí lo más importante del mundo, y en torno a ella gira mi vida. Luego, vinimos a vivir a Pozoblanco, y aquí nos quedamos, aunque mis padres fueron a trabajar al extranjero muchos años. De joven tuve algunos problemillas y empecé a ir a PRODE cuando estaba en la calle Mayor.
Recuerdo que un día, yo mismo fui a casa de “Blas padre” para decirle que me ayudara, porque un médico les había dicho a mis padres que lo mejor era que me llevaran a un centro fuera de Pozoblanco. Blas dijo que fuera a por mi madre para hablar los tres, y ese mismo día ya me quedé a comer allí. Desde entonces estoy en PRODE. Al principio iba y venía a casa, hasta que empezó la residencia allí mismo, en la calle Mayor, y me quedaba también a dormir. Me gustaba trabajar allí; hacíamos fregonas, cestos y canastos de mimbre que luego vendíamos…. Y luego empezamos a enear taburetes y sillas. A mí, el oficio de la enea me lo enseñaron mi tío Francisco y José “el Bombo”. Es lo que más me gusta y sigo haciendo cada día, es mi pasión y mi trabajo (dicen que ya quedan pocos que lo hagan y que se me da muy bien). Incluso me suelo poner bastante nervioso si veo que me va a faltar trabajo; es uno de mis puntos débiles, así que, si tienes en casa sillas para enear, no dudes en traérmelas.
Luego pasé a la residencia nueva cuando se abrió, a la de la calle San Cristóbal, e iba al centro ocupacional. Allí también trabajé de muchas cosas: en el huerto, de albañil, pero sobre todo en la marquetería con Marcial, siempre liado con mis sillas. Y quizá otro punto débil, el que más, o mi debilidad, es mi familia; mis hermanos, sobrinos…pero sobre todo mi madre. Mi padre falleció hace unos años, y siento verdadera pasión por mi madre. No puedo pasar un solo día sin hablar con ella, ni una semana sin verla. Ella se preocupa mucho por mí, está muy contenta de que yo esté en PRODE, me repite cada día que esta es mi casa, mi otra familia, donde tengo mucha gente que me quiere. Yo sé que eso es verdad y me tranquiliza mucho. ¿Cómo soy yo? Pues dicen que soy muy responsable y perfeccionista, me gusta todo muy ordenado: mi dormitorio, mi ropa, mis herramientas… Yo siempre digo que las cosas, bien hechas. Y si algo no me gusta, lo digo. Me preocupo mucho por los demás y tengo aquí excelentes amigos con los que me encanta bromear y pasar buenos ratos. También me gusta ir bien arreglado, sobre todo cuando salgo.
Me encanta viajar, siempre busco la ocasión para salir, y me apasiona ir de vacaciones, a los campamentos como yo digo; hay que desconectar por lo menos una vez al año. Últimamente he estado un poco fastidiado de salud, pero ya me voy encontrando mucho mejor. Aquí me ayudan mucho, y yo a ellos, me siento querido y yo quiero mucho a todos, compañeros y profesionales. Como dice mi madre, esta también es mi familia. Llevo toda una vida aquí y lo siento así de verdad. Aquí me encuentro bien y soy feliz. Tengo muchas cosas y anécdotas de contar, pero ya no tengo espacio, así que otra vez será.