[vc_row type=»in_container» full_screen_row_position=»middle» scene_position=»center» text_color=»dark» text_align=»left» overlay_strength=»0.3″ shape_divider_position=»bottom» bg_image_animation=»none»][vc_column column_padding=»no-extra-padding» column_padding_position=»all» background_color_opacity=»1″ background_hover_color_opacity=»1″ column_link_target=»_self» column_shadow=»none» column_border_radius=»none» width=»1/1″ tablet_width_inherit=»default» tablet_text_alignment=»default» phone_text_alignment=»default» column_border_width=»none» column_border_style=»solid» bg_image_animation=»none»][vc_column_text]La situación generada tras la irrupción de la pandemia del COVID-19 ha pillado desprevenido al mundo entero, que aún sigue sumido en momentos de incertidumbre, impotencia y perplejidad. En un contexto más cercano, este inesperado contratiempo también ha afectado a la vida de las personas que forman parte de esta Organización, cuya realidad aún se desconoce cómo se verá afectada tanto en el medio como en el largo plazo. Son momentos para tomar decisiones rápidas y eficaces que cimenten una estrategia de respuesta preventiva y, a la vez, de preparación ante posibles contingencias. Pero también se abre un plazo para la reflexión y análisis serenos que permitan afrontar con acierto los retos que se van a ir presentando. De ello dependerá el futuro de la Organización y, sobre todo, el de tantas personas.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]